- por Tina Gardella para el Diario del Juicio
En
su relato desde Francia, donde reside después de un largo periplo al
haber podido escapar de sus captores, Juan C. menciona en varias y
significativas situaciones, la palabra “tiempo”. “Nos
dejan en una pieza, solos. Decidimos dar algunos datos de manera de ser
creíbles y alargar el `tiempo´ y de manera también de dar `tiempo´ para
que otra gente no sea tocada”,
dice en su testimonio que da cuenta del encuentro en el centro de
detención del ex ingenio Baviera con quien había compartido los últimos “tiempos” de militancia.
El
tiempo, como lugar donde se depositan las experiencias para luego
rescatarlas y elaborar discursos y relatos que construimos y a la vez
nos construyen, atraviesa una y otra vez los testimonios y relatos de la
Megacausa.
Por lo mismo, no se trata de un solo tiempo ni interesa que su acepción
sea la misma para todos. Al contrario. Como construcción
socio-cultural, el tiempo son las distintas temporalidades dentro de una
misma sociedad, y así lo expresan quienes constituyen la escena del
juicio.
“A la oración, ya no se podía salir. Eso
lo recuerdo bien porque cuando se los llevan a nuestros padres,
quedamos solos, éramos muy chicos, pero nos dábamos cuenta que a la
oración ya teníamos que estar dentro de la casa” expresa María Angélica a quien secuestraron y desaparecieron sus padres, cosecheros, en Caspinchango,
departamento Monteros. Ante el pedido de la abogada querellante que
explique qué significa “a la oración”, la testigo añade, como
temporalidad socio cultural que excede cualquier uniformidad, que “en el campo se le llama así al atardecer”. Pero también añade que “a
pesar del `tiempo´ transcurrido, quiero saber dónde están los restos de
mis padres, qué pasó en el `tiempo´ con mi madre que estaba
embarazada.”
El
tiempo también es ese lugar que se construye desde el cuerpo y el
lenguaje. El cuerpo como unidad de comunicación con el entorno y el
lenguaje como construcción de esa experiencia, tienen en el tiempo, los
tiempos propios del acontecer. Por eso mismo las expresiones temporales
son vivenciadas
también a partir de las relaciones vinculares que permiten definir al
otro como semejante en contextos de historicidad y de situación.
“No
sé de días ni de noches. Estaba vendada y no sabía que había sido de mi
marido. Hasta que lo oí toser. Esa era su tos y el lugar era la Escuela
de Educación Física. Estoy segura. Cada mañana, lo primero que hacía
era toser, y él me contestaba. Así por algunos días. Hasta que una
mañana tosí y nada. Me pasé días tosiendo y ya nadie contestaba. No sé
qué `tiempo´ pasó, pero fue el inicio de la certeza de la desaparición
de mi marido” relata Juana con asombrosa fortaleza.
Con
asombrosa fortaleza y memoria, también algunos testigos marcan las
fechas de su detención y secuestro. Con minucioso detalle dan cuenta de
los días que estuvieron en la cárcel o cuando los pasaron de Villa
Urquiza a Sierra Chica.
Sin
embargo esas fechas distan de ser la cronología de un tiempo pasado.
Ese tiempo es temporalidad en cuanto está narrado desde la estructura de
un mundo intersubjetivo que da cuenta de la situación socio-biográfica
de quien testimonia que se cruza con ese mundo jurídico
con tiempos precisos donde datos, fechas, lugares, momentos, tienen la
validez de prueba jurídica y como tal son tratados. El diálogo de los
tiempos socioculturales de Francia, Caspinchango y San Miguel de Tucumán con los tiempos jurídicos del juicio nos habla de los destiempos del tiempo. Esos destiempos
que expresan procesos culturales diferenciados, tramas sociales que se
constituyen en distintos niveles y que no dialogan desde el mismo lugar,
es el tiempo como dimensión estructural de la experiencia social tanto
en su recordar, y lo más importante, en su proyectar como sociedad.
En la Megacausa,
los testimonios permiten ver que aún cuando quienes hablan hacen
referencia al tiempo de los hechos o momentos sucedidos como puntos de
una linealidad, son las vivencias mismas las que forman el flujo de lo
vivido. En ese flujo, las temporalidades atraviesan todos los tiempos.
Incluso el jurídico.
Por
algo los Juicios de Lesa Humanidad dejaron de presentarse sólo desde el
Juicio y Castigo para pasar a ser escenario también de construcción de
Memoria, Verdad, Justicia.
Comentarios